HNOS GANUZA, DOS DÉCADAS DE BRAVURA

En las inmediaciones de Artajona se encuentra la finca bautizada con el nombre de Artadia, santuario donde la familia Ganuza continúa custodiando con cariño y esmero el secreto de la antigua raza navarra. Guarda las puertas de la finca la matriarca de la familia de nombre "Fusilera". El tiempo había borrado los negros tonos de su pelo. Toda una vida demostrando su bravura sobre la arena, curtida en mil batallas, siendo sus ya desgastadas astas el testimonio más fiable de su codicia, los golpes en la madera habían hecho que la funda más cercana a su testuz se desprendiese. A pesar de ello, la tranquilidad que brinda el campo  no era suficiente para apaciguar el espíritu guerrero de "Fusilera", que demostró seguir teniendo pólvora para más.

Los colores de la primavera, acompañados por el canto de las aves, inundaban los cercados. El verde de los cardos se mezclaba con los tonos tostados, aquellos que recordaban los orígenes de esta casa ganadera. Aunque aquella alegría venía acompañada de un sabor nostálgico debido a la ausencia de una gran vaca, "Gacha", que fue todo corazón y la que había sido durante tantos años la reina de la ganadería Hnos. Ganuza. Una vaca que se ganó y recibió el cariño de toda la afición, aquella que hizo mucho ruido en las plazas, siendo todas sus actuaciones ovacionadas por su bravura y quedando grabadas en la memoria de muchos. "Gacha" se fue en silencio, entre la tranquilidad del campo, allá dejó su corona que sigue sin tener una dueña. Sera muy difícil encontrar otra como ella pero alguna de sus hermanas la sucederá en el trono y candidatas no faltan, pudiendo nombrar una larga listas de vacas, algunas veteranas y otras de corta edad que sin duda podrían aspirar al trono.

"Abejera"-74
             
Las espinas de los cardos enmarcaban como si de un cuadro se tratase, un lienzo colorado sobre el cual el hierro y el fuego habían grabado el número 73. Silenciosamente aquella vaca de guerra recorría cada palmo del cercado. Alirada y con el fenotipo característico "de la tierra", con esa mirada tan viva que es capaz de encoger el corazón sin importar donde te encuentres. Sobre su cuello cuelga un esquilo, el cual, delata su presencia tanto dentro como fuera de la plaza. Sin embargo en el campo, es capaz de detener el sonido, acechando en absoluto silencio. Su casta, bravura y malas ideas le preceden, ostentando una gran reputación. Responde al nombre de "Venenosa". En un momento consiguió detectar el objetivo de mi cámara entre la abundante vegetación y sin dudarlo se dio la vuelta, con paso arrogante e intimidante mirada, ladeando la cabeza, preparada para hacer frente y defender sus dominios.






El sonido de su esquilo era la banda sonora que anunciaba su salida en la arena. De entre la oscuridad de chiqueros apareció una cabeza de aspecto antiguo, pelo tostado y alirada cornamenta. El ruido de las tablas al crujir se fundía con la ovación de la afición que aplaudían sin descanso la incansable sed de pelea de la pupila de Hnos. Ganuza. La reina en esta caso no llevaba las perlas sobre la cabeza si no, alrededor del cuello, haciendo juego con sus ojos que impulsados por la codicia se tornaban blancos. A la dificultad de ponerse delante de ella había que sumarle un plus, siendo el verdadero reto encontrar refugio dentro en el callejón. Ya que en el instante en el que los mozos se encontraban suspendidos en el aire, saltando las tablas del callejón, "Esquila" los devolvía a la arena. Sobre sus costillas llevaba herrado el número 60 y respondía al nombre de "Esquila". Un auténtico todoterreno. Las muescas de sus desgastados pitones eran testigos de las batallas que había librado, tanto es asfalto como en arena, dejando siempre detalles de oro en cada una de sus encastadas actuaciones. 
Entre aquella marea verde costaba divisar a aquella de las perlas en el cuello pero sus ojos que siempre hacen juego con su blanco esquilo, y su desafiante mirada la delató.  




Aunque entre tanta veterana deslumbraba por su picante una autentica "guindilla", que observaba sin perder detalle. Joven y de poca estatura, al igual que las vacas de antes, aunque no le hacía falta más para imponer su ley sobre la arena.  Respondía al nombre de "Chula" herrada a fuego con el número 40, brava y encastada como ella sola. En sus salidas, buscaba sin descanso por encima de las tablas y entre los huecos de los burladeros a sus adversarios.







Han pasado ya 20 años desde que en 2005 los hermanos Ganuza, Fernando e Iñaki, adquirieron  el primer lote de vacas al ganadero de Marcilla, Juan José Laparte, para emprender su andadura como ganaderos, pero no sería hasta octubre de ese mismo año, cuando las primeras vacas llegarían a Artadia. Los hermanos Ganuza comenzaron así una escrupulosa selección en busca de la casta y la bravura, buscando una vaca que fuese rápida, fuerte y que se creciese durante toda su lidia. Caracteres muy distintos a los que imprimirían sobre los animales de calle, buscando en estos últimos movilidad, codicia e inteligencia. Como resultado Iñaki y Fernando han conseguido crear un animal con unas características bien definidas y diferenciados del resto.

"Alegría"



"Segadora"-26

Si repasamos los anales de la historia de la ganadería encontraremos vacas, herradas a fuego con la JL, que han sido las que asentaron y levantaron los cimientos de la ganadería. Entre esa lista de vacas encontramos una vaca que respondía al nombre de "Segadora"-26, de colorada capa, astifina, engatillada y bizca. Madre de dos grandes vacas, la mayor fue bautizada al igual que su madre, "Segadora" distinguiéndose de ella por su número, siendo herrada con el 88. En 2017 nació su segunda hija, de nombre "Colina" marcada con el número 8, con casi la misma conformidad de pitones que su madre. 
En la ganadería de Hnos. Ganuza la pareja de reinas llevan el 8, quienes custodian y guardan el tesoro genético que su madre les confió.



A pesar de la abundante vegetación, ni los tallos más altos eran capaces de cubrir por completo las astifinas defensas de "Duquesa", herrada a fuego con el número 30. Hija de otra de las vacas más emblemáticas de la ganadería, "Bailarina".  En cada actuación hace honor a su sangre, corroborando de donde proviene, entregándose y demostrando su bravura como si fuese su primera salida. 








"Podenca"


"Pistola"-18




Atraía la atención una vaca de pequeña talla, herrada en sus costillares con el número 65, de colorado pelo cuyo lucero adornaba su frente y le daba nombre. Lo más llamativo eran sus defensas, cornilevantadas, creciendo hacia arriba por encima de la línea horizontal, al igual que en los  astados más primitivos. 



"Trovadora" herrada a fuego con el número 69 era otra de las cautivaban a simple vista. De pequeña cabeza, veleta, con las puntas afiladas y apuntando en dirección al cielo, arrogante a la par que nerviosa y de viva mirada. Por sus venas recorre el veneno que su madre dejó como legado. Una autentica pintura de la tierra. 


Veleta y mogona del pitón derecho, ojos saltones, morro chato y de arrogante actitud hacían de "Chistosa" una auténtica joya.

"Chistosa"-60














En medio del cercado se encontraba plantada y arrogante, "Saguntina", de preciosa estampa y bien armada con un auténtico puñal. 








"Rompedora"-39






Los alevines de la casa descansan antes de su bautismo a fuego, mientras en el cercado de al lado rezuma la seriedad de las jovenes novillas de la casa. Nada quedaba de aquellas becerricas que hacía 3 años observaban curiosas al objetivo, mirando con arrojo únicamente bajo la protección de su madre. Median sus fuerzas al igual que lo hacían de pequeñas, sin embargo, ahora no dudaban en apuntar al cielo con sus afiladas guadañas y defender su cercado. 


Arriba "Tigresa", con apenas unas semanas de vida, posa con una mueca burlesca al lado de su madre. 3 años después vemos en la foto de abajo como "Tigresa" destaca entre sus hermanas por su seriedad.


 Abundan los pelos tostados y las serias miradas. Sobre ellas recae la responsabilidad de tomar el relevo y defender sobre la arena los colores de su divisa.  




"Campanera" herrada a fuego con el número 82. 





"Artista" herrada a fuego con el número 70.












"Preciosa"-90 hija de "Guapa"-44.

"Guapa"


Agradecer, una vez más, a la familia Ganuza por abrirme las puertas de su casa como si fuera la mía, aprovecho también para desearles toda la suerte del mundo para la temporada venidera. Y por último, felicitarles en su 20 aniversario y darles la enhorabuena por estos años, esperemos que sean los primeros de muchos.

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